
Julio de 2019
- Hector, el tío no llega al próximo año…
- Buf, no llega
- Si llega, el viejo es duro….
- Jajaja!
- Calla calla, que ya vuelve…
Habíamos ido a comer Jorge Vásquez, Gesica Ortega y yo y le dejábamos en su casa.
Aquel viejo era el Dr. Carlos Tuppia.
Era él una persona que no dejaba indiferente a nadie. La mayoría le queríamos mucho. Otros no tanto 😊. Pero creo que todos le respetábamos.
Respeto.
Eso tan difícil de ganar.
- Buenos días con todos, menos con uno……
- ……
Y todo preguntándonos si seríamos nosotros a quién no iba dirigido el saludo 😊
- Orteguita, Jorgito, estamos perdiendo por goleada…
- Que va maestro, si hay que tratar, hay que tratar
- Habrá que hacerlo doctorcita, pero ya pronto me voy pa La Habana…. Es ley de vida.
- Que va Carlitos! (Gesica le llama así, pero Jorge y yo le tratamos siempre de maestro y/o Dr. Tuppia)
Que va Carlitos
Que va maestro
Que va
Ahora me viene a la mente una escena de la película Coco. En ella, una calavera se desvanece cuando e el mundo de los vivos ya nadie le recuerda.
Solo mueres cuando te olvidan.
Muchas gracias por todo maestro, nos ayudaste cuando lo necesitábamos mucho y estuviste siempre cuando te buscamos. Lo cortés no quita lo valiente.
Tu presencia estará siempre con nosotros, aunque eso no evita la profunda tristeza por tu momentánea ausencia.
Dr. Carlos Tuppia García-Godos
PRESENTE!!
Deja una respuesta