
Hoy te digo adiós abuelita.
Ahora ya estás con el abuelo Juan, porque quizás ya deseabas verle.
Este mundo cruel y hermoso es nuestro mundo.
Un mundo en el que nos diste esos besos, esos abrazos que solo saben dar las abuelas.
15 hijos, 2 murieron y 13 que crecieron junto a ti.
He sido un mal nieto, como soy un mal hijo. Poco te he llamado en muchos años.
Y hoy que te vas te recuerdo de niño cuando era un invitado especial cada vez que iba a tu casa y me preparabas siempre solo lo que yo quería.
Como le dije hace un tiempo a una amiga; la muerte solo es un momento en nuestro existir. Tal como cuando nacemos, estamos de cumpleaños o nos casamos, no es solo un momento más en nuestro camino?
No seguimos existiendo en los corazones de todos quienes nos quieren?
Yo creo que sí.
Sé que justo ahora es un momento difícil, para mi madre como sus hermanos que ahora te lloran.
Pero sé que debemos todos vivirte de la forma correcta: Recordando con nostalgia y alegría todos los buenos momentos pasados.
Como cada cambio de año que es también tu cumpleaños, cuando toda esa multitud de hijos y nietos nos reuníamos en tu casa.
No te fuiste por el COVID, que también superaste a pesar de tus 90 años. Pero te fuiste porque ya era suficiente no?
Cumpliste tu tarea.
Tu legado está aquí y vivirá con nosotros cada día.
Fuerte abrazo abuelita, un beso de los que nunca te dí.
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